Tomamos?

Aunque lo importante realmente no es tomar! Lo importante es tomar en buena compañía... tomar algo que nos guste... tomar haciendo una pausa en ese carrerón en que podemos perdernos.
Desde el aparentemente elitista Té, el socialmente aceptado comodín del Café... o la explícita complicidad de la cerveza las bebidas compartidas nos permiten hacer ese alto.
Innumerables instantes se enriquecen día a día con estas comuniones de nuestros tiempos creando toda una dinámica de consumo y disfrute ya ineludible.
Diversas culturas hacen de ese compartir, un rito con tanto peso específico como belleza. Desde la ceremonia del té japones, el silente disfrute del Maté Argentino (sin desconcer el vínculo con el medio oriente) y el alegre "STL" (Sal, Tequila y Limón); los mestizos de mi tierra nos atrevemos a probarlos todos.

El tiempo compartido con bebida de por medio iguala... de manera explícita rompe barreras y agavilla, como le dicen ahora al patotear!

La magia del tiempo aderezado con bebida... hasta que no podemos tomar más, hasta que estamos "fully loaded" es única. (no hablo de ebriedad necesariamente, porsia; la mayoría de mis compañeros de café no pasan del 5º, allí me dejan solo).

Por todos esos compañeros de tragos, bebidas, brebajes y pócimas mágicas...

"¿Qué es lo que quiere el seguro social?"

Salud!

Mi Globo

No creo en deportes extremos... primero que nada es necesario dejar eso en claro.

He probado muchas actividades "inusuales"... con la risa de mis amigos. Pero nunca, reitero y enfatizo, nunca poniendo en riesgo mi integridad personal más allá de límites comunmente aceptados. No es el peligro lo que me motiva. Me quiero mucho!

Sin embargo... queda en mi interior la dulce inquietud de volar en un globo. Pareciera que en nuestros días y en nuestras latitudes la idea de flotar a merced del viento no tiene muchos seguidores... ó los que hay en verdad, están fuera de mi campo de percepción inmediata ... porque aún no consigo dónde carrizo darme el gusto de ese vuelo.

Al ver pasar los días, sin globos ni vuelos en el horizonte, comienza a crecer en mí la idea de hacer mi propio globo. Asumiendo que soy un ciudadano del mundo del siglo XXI... que ciertamente poseo mucho más estudio de física que muchos Barones del siglo XVIII y que estoy tanto mental como fisicamente preparado... pués parece que procurarme mi propio globo es un camino posible.

Sin embargo todas esas ventajas que menciono o justificaciones para mi nueva cruzada, terminan sumiéndome en una investigación por medios impresos y electrónicos que me desgasta y desanima. Encuentro tanto detalle, tanto "aspecto clave", tanta información climática necesaria y tanta legislación a respetar; que encuentro a esta postmodernidad atacando en miles de formas a mi sueño; casi que de una manera pasivo-agresiva. Todas las potenciales ventajas y justificaciones terminan arrojando sombras de duda sobre mi proyecto...

Desalentado termino? ...desanimado acabo?

Para nada!!!

Si una y mil veces llego a dudar... dos y mil veces tendré que aferrarme a la idea del vuelo en mi globo.

Tal vez no mañana... quizás no en esta década... pero flotaré!!!

Flotaré y sé que no lo haré solo!!!

También acepto invitaciones a construir algún globo ajeno ... y gustoso el honor de probarlo.

Entre dichos... digo que creo

Desde que Santo Tomás, según dicen, resumió la incredulidad en las consabidas palabras ("Hay que ver para creer", porsia) se ha generado una convalidación de la duda. El mismísimo método aristotélico no logra cocentrar de manera tan unánime el derecho a la desconfianza. Derecho que, por demás, corroe la capacidad de exploración intelectual de las cosas.

Particularmente me defino como un tipo creyente, por sobre todas las cosas. Muy creyente y para nada religioso. De allí mi necesaria contraposición a la actitud apradinada por la sentencia de Santo Tomás. Entendiendo las posibilidades reales derivadas de la interrelación de todo lo que exiiste (¡¡¡hasta palidecí al escribirlo!!!) he logrado abrazar una teórica apertura para cualquier cosa... un camino que resulta bastante inquietante y enriquecedor.

Estoy preparado, no exagero, para que el próximo segundo sea la confirmación de la estabilidad de todo lo que conozco tanto como para que sea el despertar a una nueva concepción del universo... no tengo ninguna "verdad inalterable"... surge entonces un aparente retorno al mismo punto de partida de "ver para creer", pero no es así realmente... defiendo a capa y espada la inversión exacta de los conceptos... "Hay que creer para ver".

Me termino refugiando en otra joya de sabidruría popular... en mi propio padrino... "No hay más ciego que el que no quiere ver"

“¡Por eso creo en las telenovelas!”

La sentencia es robada... o prestada más bien de un hermano putativo; porque de alguna forma la inquietud de hoy gira sobre la validez de los arquetipos. La realidad supera, tarde o temprano, a la ficción... pero solamente, es mi parecer, porque nosotros mismos somos el origen de todo lo imaginado. No es una posición humanista la que me ocupa hoy, ya lo revisaré en otra oportunidad, sino la necesidad de reconocer en lo más profundo de nuestra esencia a las figuras clásicas. Somos Quijotes, “Supermanes”, “Batmanes”, Dráculas, Hombres Lobo, Mounstruos de Frankenstein, Criaturas de la Laguna Negra y Fantasmas de la Ópera... por sólo ubicar ejemplos!
De los tres primeros de la lista, los “Buenos” ó Románticos no me ocuparé... que el ego de cada quien haga su parte. Me quedo con el espejo hacia los “Malos” ó Atormentados.
Todos somos Dráculas... cuando sabemos que es la esencia vital de otros lo que puede renovarnos y conservarnos bien... cuando usamos, de forma sutil o grosera, nuestra experiencia como clave de dominación de aquellos más inexpertos, en el estricto sentido de la palabra. Cuando llevamos nuestra tierra con nosotros y entendemos que la belleza debe ser parte de nuestra vida eterna.
Albergamos un lado primitivo que aflora con algunas lunas llenas... o con algunos momentos de incertidumbre, de oscuridad de nuestra alma. Un lado animal que puede dotarnos de las garras que no tenemos y que hace iguales a aquellos a quienes al no devorarlos por completo les logramos despertar a esa realidad alterna... más apasionada y primitiva.
Somos la suma de partes de hombres ya muertos... o tan distantes a nuestra vida física que sólo el sueño de amor de nuestros padres, al más puro estilo Frankenstein, logran reunir. Día a día hacemos de nuestro camino una combinación de los de ellos por sus ideas, valores... y objetos. Con esas “partes robadas” buscamos en un mundo extraño nuestro lugar... y de tanto en tanto conocemos algún ciego que no nos teme y terminamos, triste es reconocerlo, asesinando inocentemente alguna esencia pura en nuestra exploración bien intencionada.
Llegamos a sentirnos tan ajenos al mundo como si la mítica laguna negra se hubiera secado a nuestras espaldas. Nos cuesta reconocernos en otros por momentos... aunque lo sabemos posible... y enfrentamos miradas de terror de una mayoría que corre despavorida o que trata de dañarnos, simplemente por defenderse de ese ser extraño que se acerca.
Cubrimos nuestro rostro con medias máscaras porque estamos seguros que asustaremos a los “normales”... confiamos en la oscuridad para ocultar aquello que nos hace diferentes y horripilantes. Reservamos nuestros gustos a la privacidad y nos contentamos, frecuentemente, con amar de lejos a aquello que pensamos fuera de nuestro alcance.

Soñar... para siempre!

Hoy juega la vinotinto... si ellos ganan todos los juegos que les quedan... y los otros empatan y pierden exactamente como hace falta... aun podríamos pensar en estar en el mundial.

Casi que sabe a burla... con todo y que sé que es la idea atesorada por amor en miles de corazones venezolanos. Por esos corazones que latirán a un mismo compás hoy... por esos sueños que aun tienen asidero... por tanto plan minimamente factible... por todos esos proyectos de remota esperanza... pregunto... pueden ciertamente morir los sueños?

Los sueños no mueren... seamos honestos. Los verdaderos sueños, las utopías, las loqueras que en verdad atesoramos para que hagan continuar funcionando nuestros quereres se realizan o se demoran. Si no pasó hoy... será otro día!

Públicamente lo propongo... a olvidar las probabilidades!

La única acción determinante sería la renuncia... mientras tanto todo lo que se pueda hacer en pos de acercarse al sueño... vale la pena de intentarse! Arriba la Vinotinto!!!! Rumbo a Algún Mundial!!!!

Más distancia?

Una película del siglo pasado, excelente por demás, popularizó la teoría de los 6 grados de separación. El hecho cierto, según su postulado, que a cada ser vivo sobre el planeta está vinculado en un máximo de 6 enlaces con cuaquier otro igual. Me cuesta pensarlo... con todo y lo ligero que podría ser el simplemente sonreir y aceptarlo. Que entre Casius Clay y yo... entre Billl Gates y yo... entre Milka Duno y yo... exista un vínculo a través de sólo seis personas???

Escapa a mi imaginación! Lo confieso.

Sin embargo... una parte de mí, la más romántica acaso, no cesa de buscar el modelo matemático que derribe la barrera y me acerque a pensar en Jessica Simpson y Oswaldo Guillén como primos no tan lejanos.

Si lo logro, cosa que una considero aun posible y tremendamente conveniente, puede que descubra una piedra filosofal capaz de tornar a los extraños en cercanos y que ayude a resolver tanto conflicto idiota en el mundo; con todo y que la distancia sea un poco mayor... de unos 9 grados sería aun tolerable!

49 abajo

El pasado sábado 02 de octubre se celebró en Mexíco el primer juego de temporada regular de fútbol americano de la NFL. Más allá de la trascendencia para los fanáticos, grupo del que me confieso miembro, los narradores no dejaban de señalar que un gran grupo de nuevos fanáticos tendría ahora el deporte y las divisas enfrentadas. Entre la huída del "cliché" del padre llevando al hijo al estadio... no pude dejar pasar la validez y el peso que tienen los recuerdos mágicos de esas conversiones ocurridas hacia el colectivo frenético de las gradas. Las marcas indelebles que hacen las victorias y derrotas en nuestro corazón.

Sí... sin ánimos de aumentar el "marketing" ni de buscar dramatismo barato, coincido... algunos nuevos fanáticos ciertamente nacieron ese día... algunas conversioes "místicas" deben haber ocurrrido en las gradería cuando los 49 terminaron derrotados ante los cardenales esa noche sin igual!