Rara vez he podido caminar por calles desiertas, el paso del tiempo parece hacerlo cada día más dificil. Mis pasos suelen ser unos entre muchos cuando me hago de rutas para vivir mis horas.
He amanecido en tantos lugares diferentes, tanto urbanos como silvestres, tanto habituales como extraños... y cada vez que tomo conciencia de estar andando caminos previamente ocupados por otros me embargan sentimientos encontrados.
Una parte de mí quisiera aventuras en suelos vírgenes mientras otra yo se aferra a la comodidad emcoional de lo conocido.
Anhelo, no obstante, el privilegio de andar... por eso lo defiendo y cultivo.
