
"Confío en la justicia divina...
sobre todo cuando yo la impongo"
D. Matsunagi
Entender como justo el que se coseche lo que se siembra, me parece la explicación más simple y adecuada. De allí que las consideraciones sobre el perdonar me resulten tan ajenas.
Mucho escándalo y polémica se causa cuando lo discutimos, loados los dioses por esa huella de alguna forma útil en la historia, porque en nuestra época se tiene popularmente aceptado el valor positivo del perdón.
Necesariamente primero hay que entender la valiosa diferencia entre reconocer los errores y pedir perdón; la primera acción deriva de la toma de conciencia de nuestra falla y la pública aceptación de responsabilidad, usualmente va asociada con la idea de no volver a hacerlo... y esa, a mis jos, es la que vale! El pedir perdón... seamos honestos, es una solicitud de indulgenica... casi de olvido, sobre algo de lo que somos responsables pero que preferiríamos que no hubiera ocurrido. Es un simple reconocimiento de culpa... más no de arrepentimiento ni de intención de corrección para el futuro... de donde, por eso no perdono.
Todos nos equivocamos y frecuentemente por obrar en procura que ocurra A, terminamos precipitando que ocurra B ó C... perdujicando ú obstaculizando la idea original; eso no se discute. Pero la manera de afrontarlo dice mucho de cómo entendemos que queremos que sea el futuro. No pido perdón ni olvido... manifiesto mi arrepentimiento y tarto de hacer del recuerdo del resultado no deseado la semilla para ese serio compromiso de evitarlo a conciencia en el futuro.
Para ya concluir, porque se ha hecho recursiva la cosa, hay 3 enfoques mucho más mios que me soportan en esa visión:
En primer lugar, entiendo que asi como no quisiera que olvidaran mis aciertos... justo es que tampoco espere que se desconcozcan mis errores. Si pretendo que nadie me quite los dulces, tampoco los amargos!
En segundo término... porque los dioses que adoro tampoco perdonan! Así que lejos de posiblemente obtener su gracia, estaría obrando contra su código... cuidado y hasta desafiándoles!
Y finalmente porque la impunidad, la falta de castigo, nace obviamente de esa posibilidad de perdón y de evasión de las penas por nuestras acciones.
... y honestamente, para aquellos devotos del perdón como vía de mejor estar... Realmente todo es excusable?