
Poco le vale su simpatía y buen trato cuando la plaquita con los seriales de fábrica del carro es infructiferamente buscada.
Un amigo, muy creativo por demás, le ideó una forma de dejar de pagar peaje 4 veces al día... de la noche a la mañana le pintó el carro de beige con dos rayitas marrones a los lados... le compró una chaqueta marrón y unos lentes oscuros... y de golpe y porrazo mi tía se veía de lejos, si no se detallaba mucho, como cualquier fiscal de transito a bordo de una unidad oficial.
Todo fue muy bueno... y al rato los policias ni reparaban ya en el conductor del chevette... menos aún en el estado mismo del vehículo; con luces, sin luces; con cauchos lisos, usando el cinturon de seguridad, sin usar el cinturon... ya todo era transparente... el carro pasaba como rio en conuco.
Contrario a la tendencia "normal", mi tía comenzó a usar el dinero que ahorraba de los sobornos para invertirlo en el carro mismo. Aprovechó para cambiarle los cauchos, retapizarlo, hacerle arreglar una puerta de pasajeros, lavarlo con frecuencia y hasta pulirlo. Allí nació su derrota.
Después de "mejorar" tanto, el carro dejó de verse como un carro de fiscales... y una tarde aciága la pararon...
... pueden imaginar el resto.
No comments:
Post a Comment