
Soy un hombre convencido del valor del camino por sobre el de la meta; ergo, cada día que disfruto y padezco me resulta completo en su dimensión... cada instante que comparto... cada emoción que me mueve tiene absolutamente todos los elementos que debe tener... nada le sobra ni le falta.
Mis éxitos y fracasos son tan ciertos como innegablemente completos. No creo que existan amores, amistades ni disgustos imperfectos... y si esas instancias son las que terminan, al integrarse, significando mi vida! De donde... mi vida es perfecta!
Y si toda mi existencia es una muestra escandalosa de elementos perfectos, de días maravillosos en donde todas sus horas han sido de 60 minutos, cada uno con sus 60 segundos íntegros... cómo algo en ella podría no serlo?
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