Monday, April 17, 2006

Paris

Realmente no pretendo atacar, directamente al menos, a los nuevos objetos de fama y prestigio... sino invitar a una reflexión sobre el origen de ese status de celebridad que hoy disfruta casi cualquier mamarracho.
Como buque insignia no puedo dejar de utilizar la imagen de Paris Hilton... hasta donde la mayoría sabemos una heredera que ha edificado todo el renombre sobre el ser improductiva. Ojo, señalo especificamente improductiva y no inutil, porque seguramente para los dueños de los nigth clubs que pagan porque pase un rato en sus locales alguna productividad debe implicar. Más allá de la difusión de algún video porno (ruego a los dioses publicamente porque lo puedas ver pronto, Portos) , de la exhibición de sus incapacidades junto a la hija de Lionel Richie y de la promoción de un perfume que también lo usa Britney... nada más puedo acotar sobre el nombre de Paris Hilton.
Me precio de ser un tipo cultivado... busco, indago, exploro y reviso diversas fuentes sobre casi cualquier cosa que despierta mi curiosidad, desde lo mundano a lo divino, de lo trascendental a lo inútil, de lo rigurosamente científico a lo groseramente decadente... gusto de documentarme. De allí que miles de nombres y anécdotas han significado igual número de momentos de iluminación y disfrute. Pero todo lo leído, escuchado, visto y revisado me lleva al mismo igual punto de desprecio por la imagen de Paris Hilton (ahora sí podrás decir que termino atacándole) ... pero más aun por aquellos que pretender venderla como algún tipo de modelo positivo a seguir.
El Budismo enseña que ningún hombre es malo... sólo hay algunos que nos sirven de contraejemplo.
¿Quédome pensando en ella como un buen contraejemplo?
¿Serán acaso estas líneas una forma más de convalidar su fama... por el otro camino?
Por lo pronto me ha servido de desahogo... y de retorno a este espacio.

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