Ociosos Lejanos I

Con la idea de dejar algo en verdad útil para los que vengan detrás y partiendo de la premisa de "todo ladrón juzga por su condición" Asnulbio a sus 23 años decidió organizar el Primer Manual de Sustancias Psicotrópicas Alternativas Legales. Demasiado temeroso de la carcel... ó demasiado ansioso por volar alto... y caer bajo, en sus días finales organizó el cúmulo información inédita que de manera responsable comparto con ustedes ahora.

Nada le quedaba por decir sobre el cigarrillo que lleva al cancer de pulmón y las birras al de hígado; que la mariguana relaja y la coca hace que todo se vea chevere; que el éxtasis da sed y que el peyote es algo realmente extremo... de sus paseos por europa sacó un desencanto bastante barroco por el ajenjo... y de los bombazos que gentilmente le dieron en el amazonas en su calidad de turista tenía en verdad malos recuerdos.

El resumen de sus notas las dejó como homenaje póstumo:

Técnica: Fumar Plagatox

Efectos: Causa una voladora en constante picada; es un estrellazo sin fin... algo realmente desesperante.

Técnica: Chupar Cubitos
Efectos: Genera un viaje a nuestra esencia animal muy peculiar. Si son de carne se siente uno como hamburguesa, si son de pollo como un nugget y si son de pescado... no pasa nada.

Técnica: Inyectarse liga de frenos
Efectos: Aumenta la presión arterial, asumo que por el costegionamiento que causa. Luego del segundo infarto silencioso todo queda normal

Técnica: Inhalar Wassabe
Efectos: Deseos irrefrenables de bañarse en salsa de soja... ó de diluirse en cualquier líquido oscuro por lo menos. Tip: Si el wassabe resulta muy "duro" ó muy "suave" puede sustituirse por Kool-Aid.

Entre sus notas se encontró también planes para experimentos con pilas de 9, 12 y 26 voltios y referencias a intentos de disolución de sustancias que calificó como "enemables" pero cuya descripción omito.

No quedan fotos de los últimos días de Asnulbio; pero este señor se le parece bastante.

No todos los caminos a transcender estan ya explorados. El hombre, si es que en verdad existe, tiene siempre ante sus manos las llaves del cohete al más allá.

Asnulbio LLamefuí