Pasión, Diversión ó Trabajo?

Al quedar maravillado ante un cuadro de Rubens, una composición de Vivaldi ó un libro de King; conociendo algo de sus vidas "profesionales" se desata en mí esa arista crítica que me lleva a dudar si esas creaciones que terminan haciendo historia son producto de un irrefrenable parto por la visita de las musas, del placer por hacer algo en que nos recreamos ó por el cumplimiento de algún plazo o compromiso.

En nuestra vida actual separamos muy bien, la mayoría al menos, nuestras áreas profesionales y personales; hemos aprendido que es saludable... pero ... será conveniente?

Y esa conveniencia me permito abordarla desde el ángulo de la creación misma!

Me atrevo a suponer que si hicieramos de ese "creer y crear", como citaba un buen amigo, algo necesario, divertido e innegociable en nuestra vida los resultados seguramente valdrían la pena.

Honestamente creo que ese sería un buen camino de excelencia... si logramos unir la urgencia personal, con el gusto y la responsabilidad comenzaríamos a caminar hacia una cosecha abrumadora.

Sorpresas... no hay!

Cada instante trae sorpresas... cada minuto, día, mes y año encierran la maravilla de lo imprevisto, de la potencial sorpresa. Mi abuela, como contraparte, siempre celebraba su "bendita rutina"... de alguna forma más temiendo que soñando con esa incertidumbre del devenir. Si bien resulta obvio que como extremo ninguna de las dos opciones nos salvaría de la enajenación mental, no menos lo es que resulta aun peor el descubrir que aquello que DEBERÍA ofrecer sorpresas no lo hace.

Es devastador aceptar que ese nuevo camino... ese hecho novedoso... esa aventura extraordinaria no depara mayor sorpresa que la ausencia de la misma.

No es que necesariamente emprendemos cada camino sólo por el apetito de lo novedoso... paradójicamente son las cosas conocidas que esperamos encontrar las que nos hacen tomar nuevos senderos... y termina siendo el exceso de cosas conocidas lo que nos aburre y desencanta.

Después de la Primera Vez

Cuando el sueño es realizado... cuando el anhelo es alcanzado... cuando por primera vez logramos “eso”, tan abstracto ó tangible, tan sublime ó mundano... tan elogiable ó condenable como sea el caso, acontece un cambio implícito de perspectiva. He experimentado innumerables “primeras veces”, como todos; y he derivado en igual número de planes para la “próxima”. Estoy absolutamente seguro que Chuck Yeager aterrizó pensando en que “la próxima vez lo haría diferente”, que Buzz Aldrin volvió con la idea de su siguiente alunizaje y que Maradona sabía que apenas empezaba después de su primer gol porque como a cualquiera de nosotros le había ocurrido una transformación del sueño al plan. A partir de la concreción de lo idealizado el camino sólo es de retorno... y de anticipación “para la próxima”... Dejamos de soñar para comenzar a planear, concientes ahora de “detalles importantes” que hemos logrado aprender!!! Me resulta maravillosa la certeza de lo posible... hasta que una nueva ilusión, idea ó aparente utopía surja en el horizonte.

Jódete, Maldita Zorra!

Desde chamos estamos en contacto con la “sabiduría común”, con el “sentido común” y con las costumbres. Por medios mas o menos formales somos entrenados para vivir en sociedad. Los refranes, dichos populares, anécdotas y fábulas claramente son vehículos de esta preparación para el colectivo... de allí que la tortuga y la liebre nos habla de la perseverancia, la chicharra y la hormiga de la previsión y la zorra y las uvas... pues... nos habla de la resignación. La zorra me mostró de niño que si algo estaba muy alto era mejor no seguir soñando con ello; que es mejor ser “emocionalmente inteligente” como se le llama ahora y no fijar tus ilusiones en utopías. Ya con más kilometraje en mi haber me concedo hoy, públicamente por demás, la libertad de decirle que se joda. Que olímpicamente se arranque a freír espárragos en aceite de camión porque si todas las zorras que me precedieron se hubiesen quedado con el “están verdes” no existiría la humanidad en esta dimensión que nos enorgullece y aterra. Le dejo mi saludo a la maldita zorra y mi oferta de no huir de las frustraciones que puedan venir por seguir soñando.

Mortadelo y Filemón

Mortadelo y Filemón huyen de un auto en la cubierta del VCD que tengo cerca. Corren, paradójicamente, porque han logrado escapar del encierro del papel ! Personajes atesorados desde tiempos imprecisos en mi corazón cobran vida, una vez más y ahora con sus propias voces, en un obsequio maravilloso que algún soñador en tierras lejanas logró realizar. Con su TIA, el Súper y Bacterio abren la puerta a espacios de abstracción mágicos donde por hora y pico rio sin pensar más en mis problemas... donde escapo de los indetenibles combates conmigo mismo. Guardo una copia para escapar de tanto en tanto... y más aún para compatirla con amigos, para dejarles escapar también un rato.

En Barrio José Gregorio Hernández...

Resulta impactante el entender la masa anónima que somos por la lectura de la nota de sucesos en un diario. Una niña muere de un disparo en un barrio de mi ciudad y me despierta al hecho terrible de la distancia física y emocional que nos separa. Mientras reviso otras notas no puedo dejar de sentirme potencialmente aislado ya que de ocurrir de forma exactamente contraria seguramente esa niña podría leer sobre cómo fue encontrado mi cadáver en un punto remoto de esta urbe del que ella probablemente no tenía ni idea que existiera. Día a día, hora a hora, minuto a minuto la vida transcurre y para cada quien es vital su espacio y tiene todo el significado del mundo su acontecer; pero ciertamente aun en la intimidad de nuestros espacios olvidamos que somos parte de un todo... un todo que cada vez se fracciona más y más. Para bien y para mal hoy el crimen per sé no me golpea tanto como la distancia de la que cobro conciencia para con mis semejantes.