Jódete, Maldita Zorra!

Desde chamos estamos en contacto con la “sabiduría común”, con el “sentido común” y con las costumbres. Por medios mas o menos formales somos entrenados para vivir en sociedad. Los refranes, dichos populares, anécdotas y fábulas claramente son vehículos de esta preparación para el colectivo... de allí que la tortuga y la liebre nos habla de la perseverancia, la chicharra y la hormiga de la previsión y la zorra y las uvas... pues... nos habla de la resignación. La zorra me mostró de niño que si algo estaba muy alto era mejor no seguir soñando con ello; que es mejor ser “emocionalmente inteligente” como se le llama ahora y no fijar tus ilusiones en utopías. Ya con más kilometraje en mi haber me concedo hoy, públicamente por demás, la libertad de decirle que se joda. Que olímpicamente se arranque a freír espárragos en aceite de camión porque si todas las zorras que me precedieron se hubiesen quedado con el “están verdes” no existiría la humanidad en esta dimensión que nos enorgullece y aterra. Le dejo mi saludo a la maldita zorra y mi oferta de no huir de las frustraciones que puedan venir por seguir soñando.