¿Está el niño de la foto pensando, dudando, temiendo... ó esperando?¿Acaso sabemos si termina sintiendo confusión, decepción o miedo?
Hay una sútil diferencia encerrada en las razones que desconocemos para que el niño mire precisamente así...
Sin desconocer que la belleza y el valor de la foto como tal reside en esa imprecisión, oportuna me resulta para reflexionar sobre la necesidad de detalles o contexto para entender mejor una situación.
Al pensarlo desde esta perspectiva tan sencilla, es cuando me aferro más a la imposibilidad conceptual de juzgar adecuadamente las acciones de otros. Es tanta la ignorancia de detalles... son tantos los vacios por llenar, que unicamente puedo asumir una parcialidad entendiendo que no estoy siendo justo.
Ahora bien... indudablemente debe movernos el sentido de equidad... de respetar por igual a todos los semejantes, para poder esperar que ellos nos respeten también! Aún entendiendo que las probablidades son opuestas... reconociendo de antemano que quién tiene más chance de conocernos, si acaso, somos nosotros mismos! Todos los demás, sobre todo quienes nos quieren mucho bien ó mal, se ocuparán de hacerlo... pero la tienen mucho más fregada.
La mirada del niño de la foto, vuelvo al inicio... me ubica en esa típica incertidumbre; bajo un escenario mucho menos riesgoso ó significativo, por fortuna... pero me lleva ante un espejo muy útil... necesito saber más para apreciar los instantes.
También la física, la economía, la ciencia en general me dejan preguntas... me muestran las carencias de mis conceptos... Nace de allí entonces el compromiso de intentar minimizar el nivel de ignorancia en la medida de lo posible.
Investigando, preguntando, buscando, probando... pero por sobre todo viviendo.
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