Thursday, October 20, 2005

Entre dichos... digo que creo

Desde que Santo Tomás, según dicen, resumió la incredulidad en las consabidas palabras ("Hay que ver para creer", porsia) se ha generado una convalidación de la duda. El mismísimo método aristotélico no logra cocentrar de manera tan unánime el derecho a la desconfianza. Derecho que, por demás, corroe la capacidad de exploración intelectual de las cosas.
Particularmente me defino como un tipo creyente, por sobre todas las cosas. Muy creyente y para nada religioso. De allí mi necesaria contraposición a la actitud apradinada por la sentencia de Santo Tomás. Entendiendo las posibilidades reales derivadas de la interrelación de todo lo que exiiste (¡¡¡hasta palidecí al escribirlo!!!) he logrado abrazar una teórica apertura para cualquier cosa... un camino que resulta bastante inquietante y enriquecedor.
Estoy preparado, no exagero, para que el próximo segundo sea la confirmación de la estabilidad de todo lo que conozco tanto como para que sea el despertar a una nueva concepción del universo... no tengo ninguna "verdad inalterable"... surge entonces un aparente retorno al mismo punto de partida de "ver para creer", pero no es así realmente... defiendo a capa y espada la inversión exacta de los conceptos... "Hay que creer para ver".
Me termino refugiando en otra joya de sabidruría popular... en mi propio padrino... "No hay más ciego que el que no quiere ver"

2 comments:

Anonymous said...

Bravo!! extraordinario post. Un abrazo.

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Juan Riera said...

Me gustó bastante, tuve que leerlo para creerlo.