No soy un gourmet... no tengo los medios! Ni logísticos ni económicos para ese gustazo. No obstante, me quiero mucho y en esa idea busco disfrutar de la mayor cantidad de placeres... con la mayor regularidad posible.Para mi fortuna nací en 1969 y tengo a mi alcance muchos de los avances tecnológicos y una carga importante de "amores" heredados del romanticismo del siglo XX. Soy un apasionado platónico de lugares remotos... de colores ajenos a estas tierras donde respiré por vez primera... y a sabores de cocinas muy muy muy distantes.
Desde los pininos de la mano de Las Morochas hasta las exploraciones motivadas por Karlos Arguiñano, Sumito Estevez, Carlos Yañes y Kristina Wetter (justo es incluirla); he logrado acercarme a esos sabores deseados y teóricamente ajenos.
Entre las cosas que más puedo celebrar de la "eliminación funcional de fronteras", como les acoto con frecuencia a mis estudiantes, está ciertamente el que en el reducto de mi casa puedo degustar Fideuá, Low Mein, Sushi, Cuscus ó un buen Fondue luego de haber gozado un puyero preparándolo.
Invito, es la idea de estas líneas, a atreverse a la aventura sensorial que yace al alcance de nuestra mano... a disfrutar de esta bondad de la goblalización que se inició, según nos dijeron, con la aventura comercial de Marco Polo y su padre a finales del sigo XIII.
2 comments:
¿Y la fumadera? marihuanero, dañao!!! jajaja
Bueno yo también disfruto mucho de las nuevas cosas de fuera, pero pienso que a veces nos olvidamos de la mirada culinaria introspectiva por ser la otra, desde luego por estos tiempos globalizados, más fácil. Sería genial fundir ambas miradas. Saludos
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