En un capítulo del Chapulín Colorado el propio Chespirito explicaba, desde la interpretación del Doctor Chapatín, el valor intrínseco del heroe del chipote chillón por ser algo innegablemente nuestro.
Sin tiempo ni espacio ( vimos al Chapulín en el lejano Oeste, en el Antiguo Egipto y en metrópolis contemporaneas ) , sin labores necesariamente titánicas ( su tarea podía ser rescatar un reloj de un desagüe ) y sin otra atadura ideológica más allá de la rectitud y la justicia, pudimos encontrar uno de los nuestros. Uno de los no-atléticos, de los no-extraterrestres, de los no-sabelotodo que ayudaba al prójimo sin mayor interés que el de servir.
Entre payasadas, frases aparentemente demoledoras y algunas agresiones "blancas" disfrutamos de sus aventuras y aprendimos algo... por lo menos que Chapulín es como los mexicanos le dicen a los grillos!
Como acotaba el galeno Chapatín teníamos una figura latinoamericana entre el pabellón de íconos de la justicia.
En estos tiempos de globalización se hace necesario el rescate de los valores de cada uno para evitar su pérdida final. Convoco, me sumo a la voz de Obie Bermúdez, a revalidar la imagen del Chapulín. Con todos sus defectos... con todos sus miedos... con toda esa vulnerabilidad y tendencia la fracaso que hacían de sus esfuerzos por ayudar a otros algo aun más meritorio.
Hoy rescatamos al Chapulín... o lo intentamos al menos. Será que mañana podremos hacer lo propio con Onofre Pecho Peluo?
pd: Gracias eternas Annie, cuando mi esposa usa las franelas yo también sonrio.
1 comment:
Bueno yo aprendí, no por aquel entonces sino luego de algún tiempo, que Roberto Gómez Bolaños recibía su apodo por Shakespeare y su corta estatura, de allí el "Chespirito".
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