Hace algunas noches en verdad cacé la repetición de esta película por cable. Significó comenzar a verla a las 1 am, sublimar el agotamiento (alistando el VHS, porsia!) y quedarme viudo una vez más.La historia me supo a bien contada, bien argumentada y realizada... el ritmo me atrapó y llegué a el casi final de la trama sin el más mínimo ápice de sueño... había reido, pensado y casi llorado en más de una oportunidad en esas dos horas de trasnocho... y se cortó el suministro de nergía eléctrica!
De un instante a otro me quedé a oscuras... en silencio y contrariado!
Afuera comenzaba a llover y los insistentes golpes a la puerta de mi perro me rescataron una sonrisa justo antes del retorno de la energía!
Moví los botones con la mayor rapidez posible, re-sintonicé tanto el decodificador como el televisor... y era exactamente muy tarde.
Acababa de ocurrir ó dejar de ocurrir lo que podía ocurrir en la historia... ante mis ojos estaba el cierre de la película, que era la misma imagen con que había comenzado.
"Vuelva a verla el día 25 de julio a las 2.30 am"
Por un momento me contrarié... pero casi de inmediato me invadió un extraño reto: no me amargaría el desconocer el final!
Preferí quedarme con lo bailado!
Con el recuerdo de lo disfrutado y con la potestad de inventarme un final a mi gusto y capricho!
Por aquello de escribir uno termina respetando a los personajes; con más razón el ejercicio me terminó resultando divertido.
Conformidad constructiva (en el más puro sentido de la palabra) ó arrogancia cómoda?
Puede usted juzgarme!
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