De un tiempo a esta parte estoy durmiendo bien... amén de los recientes resultados adversos, nótese lo elegante que puede decirse, los desvelos se han vuelto realmente extraños en mis madrugadas.
Ahora al despertar, si logro hacerlo, me gusta quedarme un instante recapitulando lo vivido en sueños... tratando de fijar los detalles y de recrearme con la diferencia de estar ahora en la vigilia.
Pero más allá del beneficio obvio del descanso, el motivo de estas líneas es por las aventuras que he podido disfrutar... cuando las recuerdo. Anoche, para simple ejemplo, por un momento andaba en mi carro... al rato estaba la volante de algo que volaba a velocidades cercanas a las de las naves espaciales... primero estaba en un cola extraña... rodeado de camiones... y al rato ya volaba ferozmente por sobre una cuerda de locos que trancaban la carretera; anoche pude estar con mi abuela... y compartir con mi gente.
Otras veces he entrenado en el camp nou y la Bombonera y he encarado a esas estrellas míticas que me hacen sonreir... El reino de morfeo, justo es reconocerlo, ofrece infinitas opciones a un tipo como yo. Puedo volver a lugares a donde nunca he ido... y vivir una suerte de simulaciones intelectuales muy entretenidas (no sé si en verdad serán útiles algún día).
Para el cerebro es dificil diferenciar lo que imaginamos de lo que recordamos... sólo la cantidad y precisión de los detalles nos dan el pitazo. Para el corazón creo que la confusión sería entre lo que vivimos y lo que soñamos... siempre y cuando los detalles puedan alertarnos, bien sea por lo cuidados que estan o por lo improbable que resulte la aventura completa.
Por lo pronto celebro... ahora estoy despierto y escribo sobre el estar dormido... seguramente luego soñaré encontrar soluciones y disfrute imaginando estar despierto.
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