Hay cosas que en verdad ofenden a quien tiene contacto con ellas... así sea a distancia y en diferido. Sin embargo, la famosa escultura de Martin Kippenberger, así de lejitos y en versión de internet, apenas si me jsutifica el calificativo de escandalosa... de milagro el de ocurrente!Ignoro las técnicas utilizadas... pero ciertamente aquello de expresión de belleza y sentimiento para el disfrute del hombre... no lo encuentro en la pieza.
Eso por el lado de arte; por el otro ángulo... No desconozco que los creyentes en los mitos de la Cruz sobradas razones deben tener para calificarla de blasfema, ojo; pero quienes podemos apartar un poco el rollo del fondo del de la forma... creo que simplemente la podríamos calificar de infantil. Además, justo y triste es reconocer que no creo que sea la obra más brillante del fallecido teutón.
Recuérdame, salvando las distancias, todo el brollo de los versos satánicos... hace ya un ratico; porque en esencia el problema es el mismo: contravenir lo aceptado sobre una idea básica de las creencias de un grupo grande de gente... la diferencia funcional es que los musulmanes se la toman mucho más en serio que los cristianos! ... y Salman Rushdie lo sabía! De hecho su éxito podemos asumir que en gran medida fue por el show mediático que hasta estos días funciona.
Particularmente soy un politeista confeso, hereje para muchos y loco para otros tanto... pero asumo una realidad en donde esas trasgresiones realmente lo que deberían causar es una reafirmación de los valores en los verdaderos fieles!
Ojo... diferente es a los líderes religiosos, quienes DEBEN escandalizarse y poner el grito en todos los rincones del planeta, pero el fiel común debería estar muy por encima de eso.
Si alguien ridiculizara a Odín... mira, que se las arregle con el señor de Asgard... suerte es lo que le deseo porque enfrentar a un Dios conquistador que no es puro amor debe ser duro! Por no detallar la lástima que me causa quien se ponga a insultar a Kali!
La nota de La Rana en YahooEl arte está por encima de los convenios, sí...
pero las tonterias, no.
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