Hoy logré ser atendido por un cardiólogo. Después de dejar dos electrocardiogramas sin ser analizados, por mi intenpestiva salida de igual número de consultorios, hoy encontré una sala de espera en donde fuí tratado como "gente"! Los dos consultorios de donde salí con mi cara de perro amarrado, me habían hecho esperar más de 3 horas... siendo "el próximo a ser atendido". En tales circunstancias de verdad me cuesta entender cómo nadie se acerca a uno a decirle un mínimo "Demorará un poco en ser atendido, sabe?" ó un "Será que usted no tiene inconveniente en esperar un poco más?"
No puedo dejar de sentir que SOY UN CLIENTE, que no es simplemente un favor que me hacen los galenos al atenderme en su consulta y cobrarme antes de irme.
No pido ningún tratamiento especial... sólo uno digno!
La copa me la rebasó, con todas las de la ley, el mismísimo cardiólogo N° 1, cuando no me soltaba la mano que le estreché al informarle que me iba porque me había sentido maltratado por su personal asistente y pretendía halarme para dentro del consultorio con una sonrisa y el típico "Déjame explicarte..." Allí salió en orgulloso jugador de rugby... "Viejo, suélteme la mano que usted no tiene suficiente fuerza para hacerme entrar"
En el consultorio N° 2 el detalle fue que llegaron 3 tricentenarías con emergencias, luego de la llegada tardía de la doctora!
Evidentemente esos incidentes no ayudaron mucho a bajar mi presión arterial...
De pasapalo, todo el mundo lo que te dice es "Así es en todas partes..."
Hago público lo que he dicho tanto en privado... El que sea normal, no lo hace correcto!
Loados mis dioses y mi familia, quienes no me abandonan jamás, hoy pude ser evaluado por un galeno que se toma menos parafernalia en su sala de espera y que permite que un CLIENTE EXIGENTE, como yo, se sienta bien atendido.
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