Tunning

El lugar por excelencia para vivir los sueños es el corazón del hombre... y no hay marca más "hippie" que la de un escarabajo en el corazón.

He tenido la oportunidad de vivir esos amores de segunda mano... segunda mano porque no era mio el amor y segunda mano porque los tiffosi de los VolksWagen suelen chiflarse mas duro es con los carros viejos.

Desde aquella belleza que tenía Alfredo Lange, una joya impecablemente conservada de 1969 que alzaba un "bracito" por los lados de la carrocería para mostrar la luz de cruce y que era su orgullo y disfrute; pasando por el Volksky, uno nada particular pero sí muy querido modelo 73 si mal no recuerdo atesorado y el Guía soñado de Orlandito; nombrando, por qué no hacerlo, los siempre útiles escarabajos de Mayra durante la universidad y aquel que más de una vez me sacó la pata del barro cuendo era el carro de la oficina de mi Papá...; urgando en la memoria por un cuasi mítico primer carro con el que mi Tía Fanny cumplía con su primer trabajo por Tucuragua a finales de los sesenta; hasta las Brazilias de Enrique... reconstruidas hasta la enésima potencia... y necesariamente recién reemplazadas por otro VolksWagen que ya venía dando vueltas en la familia.

Lo más cumbre de esta situación es que todo aquel que ha tenido ó estado cerca de quien ha poseido un VolksWagen percibe ese romanticismo que se evidencia en la relación... Más allá de reconocer la virtudes técnicas, que no niego... pero que no veo taaaaaaaaaaaannnnn superiores, queda un idiscutible "tatuaje emocional" hacia el carro y su marca por rebote.

Permítome creer que sí los chinos necesitaran explicar la presencia de alma en objetos inanimados... tendrían en las relaciones con los VolksWagen un camino facilito!

Buscando un repuesto, para un Gol de mi Tía Elaine, pude maravillarme con el "Set de Tunnig" que fotografié explícitamente para estas líneas. Tristemente, mi ritmo de estos días no me ha dejado hacerlas un poco más románticas; sé que los "Poporos" bien lo justificaban!