Tiempos

Una diferenciación básica de los hombres nace en el el valor que concede el individuo a su momento presente ante su potencial futuro. De allí que más tarde ó más temprano hay que elegir si se orienta nuestro esfuerzo diario en construir un futuro, asumiendo que el presente es una suerte de trámite a soportar ó si debe aprovecharse al máximo el instante que se dispone por la incertidumbre inevitable sobre el futuro.

Obviamente busco un nivel entre ambos... porque asumo como cierto el momento que vivo... ó creo vivir; ya que sólo esa dimensión de mi vida puedo controlar. Entiendo, como todos, que el mañana es la directa consecuencia de las elecciones que hacemos hoy... pero no por ello sacrifico las oportunidades que pudieran llegar a mi, por esperar a "vivir mañana".
La vida que disfruto me ha llevado a considerar como indeseables a los grandes planes... a esos propósitos magestuosos que justifican renuncias legendarias y caminos cerrados. Antes que esperar que el devenir nos una o separe, me ocupo en hacer que la vida me acerque a los afectos y gustos que procuro cultivar.
No tengo un futuro cierto... desde esa premisa fundamental entiendo el valor de mi hoy como muy superior a mi mañana. Apuesto por estar bien y dar lo mejor de mi en cada instante.
Mantengo el control sobre mi nave... cada amanecer lo celebro por su propio valor y al llegar cada noche recapitulo mi día y trato de aprender. Me nutro en mis presentes... es lo más que hago preparándome a lo que venga.