Friday, July 18, 2008

Según el cristal con que se mire

He aprendido a valorar mi ignorancia... entiendo que mi percepción del mundo está condicionada por lo que conozco; de la misma forma puedo aceptar como ciertas manifestaciones de la realidad que escapan a las explicaciones válidas... eso es, para mí, un milagro.

Este siglo XXI, postmoderno en esencia, sirve de marco a re-ediciones de ideas y movimientos en verdad interesantes en su fondo y por sus nuevas formas. Hay un renacer indiscutible de la fé en los hombres que enfrentamos tanta ciencia y certeza temporal... y tanta incertidumbre y misticismo atemporales; volvemos la mirada a deidades olvidadas y buscamos construir puentes y explicaciones que nos acercan a nuevas idealizaciones de bien y mal, de justicia e inequidad, de acierto y error...

Creo firmemente que el hombre saludable busca su beneficio (emocional, espiritual, material, físico) y el de los suyos; pero sujetos como estamos a una dinámica de contraposición, acabamos compitiendo por ganar ese lugar que asumimos garantiza el logro de nuestros propósitos.

Cuando los objetivos los entendemos fuera de nuestro alcance... ó nos preparamos para el resultado adverso ó comenzamos a esperar un milagro.

He estado, como estoy seguro que la mayoría lo ha hecho, en situaciones lógicamente irreversibles que súbitamente han cambiado esa condición... he visto abrirse paredes y cerrarse vacios. He presenciado milagros! Los he celebrado y confío firmemente en que mi alma vuelva a maravillarse por más prodigios en los días que me resten por vivir.

Ahora, a mis ojos existe una paradoja divertida sobre los milagros clásicos porque un verdadero creyente asume ese hecho extraordinario como una concesión del dios hacia él, posible gracias a las capacidades (finitas ó infinitas, según la deidad venerada) del ente superior... pero por esa misma idea, acaso no resulta lógico que alguien ó algo haga aquello que puede hacer? Que manifieste en acto aquello que le es natural en potencia?

El funcionamiento de un dispositivo, el que se prefiera pensar, muchas veces está tan fuera de nuestro entendimiento... como lo hacen las razones específicas por las que un espermatozoide logra penetrar a un óvulo... así como las condiciones bajo las cuales un ser volvería a la vida, el agua podría transformarse en vino, un mar podría dividrise temporalmente ó un hombre pudiera caminar sobre las aguas!

Me atrevo a concluir que bajo la óptica adecuada cualquier hecho puede ser considerado extraordinario y por ende milagroso; pero sin dejar de reconocer la dimensión de divinidad del devenir, porsia, la explicación del "regalo divino"... todavía me es distante.

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