Mientras vivimos estamos sujetos a la dinámica implícita del Status y el Rol; léase lo que somos a ojos del colectivo determina tanto los privilegios que disfrutamos cmomo obliga a estar atentos a lo que se espera que hagamos.
Ahora bien... justo es reconocer que un determinante muy fuerte es la edad; si pensamos en un niño muy pequeño es casi lo mismo que en un anciano muy viejo... en ambos casos hay una sobreentendida aceptación de sus ilogicidades al asumir que es lo que de ellos podemos esperar. Sin embargo, los que estamos en medio de esas edades extremas... sí que la tenemos particularmente dificil.
Mucho se dice y desdice de actuar acordes a nuestra edad... pero olímpicamente se menosprecia tanto las responsabilidades que de forma extraordinaria pueden pesar sobre nuestros hombros como los privilegios ó derechos que hemos logrado conquistar y que nos sacan de los status y roles tradicionales.
Pero hay un cuento... jejejeje
En una reunión en la UFT, una de tantas loqueras en que termino metido, el nunca bien ponderado Carlos Vasquez lanzó una idea que en verdad me impactó en un principio... me divirtió luego... y finalmente me trajo hasta aquí.
En un momento él hablaba de los jóvenes involucrados en el proyecto, mientras él mismo se identificaba junto a otros presentes, como "no jóvenes".
Carlos acotó al momento que él estaba en la "Adolescencia de su Vejez". Reimos... y no puedo dejar de reconocer la genialidad del concepto, mismo que escuchaba por vez primera, mientras derivaba en la verdad implícita al hacer notar que la cosa es sólo un detalle de perspectiva.
Entonces, bajo ese enfoque, con mis 40 a cuestas, me ubico en la Niñez de mi Vejez!
Siempre he luchado por ese reconocimiento de "viejo" porque en muchos círculos en donde participé, la falta de experiencia fue con frecuencia una razón de desestimación de opiniones; con el consabido y jamás bien recibido "es que usted no sabe de eso" ó el "es que eres muy jóven".
Celebro entonces este atajo que he descubierto!
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