Sunday, May 24, 2009

El Peso de la Palabra

Desde niño me enseñaron que cada quién es señor de lo que calla, esclavo de lo que dice y prisionero de lo que escribe; de allí que suelo ser automáticamente cuidadoso con mis palabras. Esto resulta particularmente útil en mi trabajo, porque ciertamente mi día a día es con públicos necesariamente cautivos en aulas de clase. 
Pero la idea que hoy me ocupa va un poco más a los otros públicos, a los de la vida cotidiana y que (sin desmerecer la huella que puedo dejar en mis niños) permiten que nuestras ideas vivan por más tiempo que nuestros cuerpos.
Las frases de los hombres son su mayor legado, a mi entender; de allí que la riqueza de los pueblos nace en las expresiones que han definido momentos clave en su historia.
Desde hitos universales inovidables como "Sólo sé que no sé nada", "... y sin embargo se mueve" y "Nunca antes tantos le habían debido tanto a tan pocos" hasta "A la camita", "Esto no termina hasta que se acabe" y "Vermut con papas fritas y Good Show!" nuestra conciencia colectiva atesora ideas magistralmente expresadas e interpretadas para las que el uso ha sido la mejor defensa contra la obsolescencia.
En un entorno más cercano necesario me es citar las 2 máximas que atesoro de mi Padre "Justifique, el que justifica menos arrecheras coje" y "Todo se resume a tolerancia y moderación; tolerar a los demás y moderarse uno"; las 2 máximas que legó mi Abuelo "¿Qué frontera para a la menta humana?" y "Yo era un carajito muy bonito" de donde me siento casi forzado a dejar 2 perlas propias de sabiduría concentrada! jajajajajaja
A mis gloriosos y no tan tristes 40 me atrevo a hacer públicas mis "Sólo soy aquello que me han dejado ser" y "Todos mis defectos son heradados". Me centro, necesariamente, en planos bien conductales y cuasi psicológicos que evidencian esa dimensión tan importante que busco proyectar en mi imagen pública; en contraste con mi padre quien busca una cierta armonía con la sociedad y a mi abuelo quien va y viene entre esos dos polos que soportaron toda una vida de maravillosa y siempre bien intencionada audacia y libertad.
Pero vuelvo a acotar que esas frases son para el uso razonablemente público, porque luego de haber vivido de cerca con tanto humano célebre, célibe y "selfcentred" (valga la oportuna y risible cacofonía!), sé que hay expresiones de consumo implicitamente íntimo que pueden resultar siempre más bellas y dignas de atención... De allí que me pregunto qué dirían los grandes de la historia en sus círculos más cerrados? ¿Cómo sintetizarían sus emociones para aquellos con quienes la pose era dispensable?
Cada idea que dejamos sea conocida debe, idealmente, ayudar a crear algo constructivo... innegablemente condicionado por la visión que del momento tenemos; pero sujetos como estamos a ese escrutinio no siempre bien intencionado del colectivo, justo es cuidar tanto los términos como el contexto y propósito de nuestras declaraciones porque seguramente por ellas tenemos mucho chance de ser recordados!

No puedo retirarme sin recordar en esta instancia:

"Esto es la guehrra!" (*fonéticamente corregida)

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