Nunca fue tan grande el amor como cuando Souza y Bruno cruzaron el Atlántico en un pedalbote siguiendo al Paquebot en donde habían secuestrado al niño... Sólo así puedo empezar estas líneas, robándome el formato que usara en su oportunidad nuestro magistral y siempre recordado Aquiles Nazoa... y no exagero!
Volver a ver esta película termina siempre dejándome maravillado. Lo rico de la historia, la maestría del uso del formato, los exquisitos detalles y unos personajes tan bellos como inolvidables me conducen a estas líneas.
Sylvain Chomet logra en su primer largometraje hasta el reconocimiento de hollywood con una película animada en formato clásico que teniendo un sabor tan europeo supo conquistar nuestras mentes y corazones. La odisea intercontinental de Madame Souza y Bruno, aliados con las Trillizas y enfrentado a una suerte de mafia Francesa, porque el concepto MAFIA necesariamente no aplica; acaba siendo un disfrute apto para todas las edades.
Un final inmejorable... romántico y con un triunfo tan creíble, corona todo un viaje mágico y maravilloso por una nueva mitología rica en imágenes y emociones.
A varios años de su realización y estreno, atrévome a incluirla en cualquier listado de las tantas mejores historias para ver en el cine.
pd: Por más que lo intente, sé que me quedo corto en elogios y gratitud.
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