No puedo, ni quiero bajo ninguna circunstancia, hacerme eco de las voces alarmistas sobre la gripe porcina esta... he evitado el tópico, así como abiertamente lo hago sobre política; pero me resulta atractivo ocuparme de esas visiones que tenemos preconcebidas sobre un final de la vida humana en la tierra por alguna enfermedad extraña e invencible. Nuestra salud física termina siendo como el fuego... un potencial enemigo poderosísimo. Entiendo que esto deriva de la incapacidad real que tenemos de controlar esas instancias ínfimas de la realidad.
Por más saludables que puedan ser nuestros hábitos, por más cuidadosos y hasta paranóicos que podamos ponernos, el estar vivo implica el riesgo de morir... como individuo y como colectivo. El detalle es que estamos logicamente preparados para la muerte de todos... pero por separado!
Simplemente el imaginar que la humanidad toda pueda desarecer en un período corto de tiempo es duro de asumir. De allí que sirva de base para mucha película y libro de terror por sí solo; pero al recordar la teoría de los Doce Monos (aquella del año 95 de Terry Gilliam, con Bruce Willis, Brad Pit y Madeleine Stowe) veo que si algo nos resulta obvio es que muy probablemente de desaparecer el hombre... el planeta pudiera tenerla más fácil. Tmabién está la renovada del Día en que la Tierra se Detuvo... igual de criticada en este remake protagonizado por Jennifer Connelly y Keanu Reeves, en donde la cosa va por el mismo rumbo.
Pero moderno en la postmodernidad, como gusto considerarme, tengo un arranque optimista y creo firmemente que sí tenemos herramientas para continuar poblando (contaminando, aprovechando, padeciendo... como quiera llamársele) al planeta por mucho rato más. La misma tecnología que nos está poniendo al borde con males nuevos y mutaciones y variaciones de viejos enemigos... nos terminará sacando de ese peligro peluo... puede que para llevarnos al riesgo horrible ó al abismo espeluznante... pero de que nos sacará del lío inmediato, no me quedan dudas.
También me resulta claro que luego de dejar de discutir por clonación, trangénicos y esteróides, podremos sacar mejor las cuentas en qué aprovechar de la forma natural y qué buscar en los laboratorios. No se puede negar tampoco que el solazo que reina en muchas latitudes del planeta, mi querido estado lara entre ellas, es casi letal para los animalitos en que nos hemos convertido la mayoría; pero en eso trabajamos a diario también como grupo.
Soy un tipo conciliador... ergo, de ambos escenarios creo que hay cosas para rescatar porque si nos apegamos totalmente a lo natural simplemente estaríamos desechando siglos de ciencia e investigación.
Esa vida que tememos perder, debe ser defendida con todas las armas posibles; para esta y para cualquier epidemia mata gente que venga.
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