Tuesday, August 04, 2009

Callejero por derecho propio...

En mi casa materna siempre hubo otras especies animales, además de los humanos. De allí que se me hace fácil ver de forma amigable a casi cualquier ser vivo.
Comparto mis días con un sinvergüenza que allá nació y que alegra todos mis momentos (aquí cerca está echado mientras escribo) y como cuando se tiene un perro, se tiene a todos los perros del mundo... pues la simpatía por ellos se ha multplicado exponencialmente.
Disfruto cuando les veo por las calles y no dejo de celebrar que este nivel de desarrollo limitado que vivimos aún deja espacio a ellos.
En camino al trabajo por calles conocidas y familiares ó cuando por cualquier motivo recorro calles nuevas, la presencia de los perros callejeros en su singular sencillez y humildad es una auténtica alegría.
Evoco, cómo no aprovechar para reconocerlo, días de infancia mirando a Sansón pasar por la acera de enfrente... recuerdo la llegada de La Negra (madre del sinvergüenza que conmigo vive)... y tantas otras caritas peludas que han logrado iluminar más de una mañana.
Como buen latinoamericano imagino las ciudades con perros callejeros y pájaros libres, no llego a los Hindués con sus monos y vacas pasando por todas partes... aunque creo que lo disfrutaría.

Este planeta que buscamos controlar... no debe ser entendido como sólo nuestro. La presencia del hombre es ciertamente reciente y su capacidad de dominio sobre la naturaleza... bien limitada.
No desconozco que hemos influido de manera catastrófica en el balance ecológico del mundo, pero tampoco puedo cerrar los ojos a que la global preocupación por el efecto invernadero que trata de evitar deforestaciones y contaminación también de alguna forma facilitará la continuidad de espacios para otros animalitos.

Al igual que con todo... si cada quien hiciera lo mejor que puede, algo muy bueno saldría. No invito a cargar perrarina lista a calmar el hambre de algún loquito callejero, no me atrevo a pedir tanto; pero sí a respetar la vida de esos otros colegas que de alguna forma tienen la fortuna de acompañarnos en este instante maravilloso y terrible que compartimos en el planeta. A mirarles con mejores ojos... para poder cosechar todo lo bueno que tienen para ofrecer a nuestros corazones.

pd1: Mucho me han enseñado de paciencia, ternura, gratitud y honestidad, vale también acotar.
pd2: Sigo escuchando a Alberto Cortéz al terminar de revisar estas líneas.

No comments: