Entre las aventuras que ahora nos trae el cable, loados los dioses por ello, está bastante de cine brasileño. Ando todavía picado por ver "Dios es Brasileño"; pero muy contento de haberme agenciado el tiempo y la oportunidad de ver esta comedia ligera... pero muy bien hecha.
El amor, ese móvil tan universal como poderoso, se presenta en la historia dentro de sueños y realidades que de tan latinoamericanos, terminan llevándonos a pasados no tan lejanos. Más allá de los referentes de cine de seriales, mismos que no pude disfrutar pero entiendo el método; están los obvios escenarios sociales de lucha de clase... de oficios.. y de creencias! Porque ciertamente, ¿Quién puede decir que en su historia no ha luchado y vivido sueños románticos, brincos entre cárceles e iglesias, amistades verdaderamente cuestionables y finales casi increíbles?
Leléu, el héroe, no es por ningún lado un superman... y su amor con Lisbela dispara tanto el enredo que hasta las estrellas de la pantalla de plata terminan envidiándolo!
Todo esto, con mucha buena cámara y chistes bien ubicados se nos presenta en esta modesta producción del año 2003.
No dejan de seducirme los sabores del arte de otras latitudes, cuando logran que mi alma y corazón se eleven por bondad de otros.
Queda el dato para quien guste de sonreir con los romances bonitos... con todo y los malos de rigor.
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