Pasando la Frontera

Queen en Boconó

Al culminar Porthos "Somebody To Love", le seguiría Aramís con "Bicycle Race" y el cierre estaría en mi garganta con "Crazy Little Thing Called Love"... justo antes de la ineludible "Bohemian Rhapsody" entre los tres. Esta selección, por demás de escándalo para un Karaoke de botiquín en la noche Boconés, haría de la posterior coñaza necesariamente algo de pronóstico reservado. Al final, quedaramos como quedaramos, cantaríamos "We are The Champions" mientras nos llevaban al hospital ó la policia.

Visita de Arkangel

Justo después del cuasi grito de "¿Y Tú de qué te ries, cabrón?" con el lógico manoteo de D'Artagnan, la única opción sería que Porthos se arrancara la camisa en jirones, se ubicara al centro del salón y anunciara que su verdadera identidad era Arkangel y que verían cómo por su poder mutante saldrían majestuosas alas de su espalda desnuda... cerraría él los ojos y comenzaría a concentrarse y a pujar... a pujar... y a pujar con tanta fuerza que terminaría cagándose los pantalones blancos. Acabando así con la fiesta, pero también con la non-nata coñaza... ergo, salvando el día.

Un Mes en Dublín

Volvió Porthos feliz... había estado un mes en Irlanda; llegó desde Londrés de donde los elevados precios corrieron luego de la peregrinación a Old Trafford. Llegó a Dublín una tarde fría... y se fué en una mañana brumosa. Disfrutó de sabores nuevos... padeció olores extraños... y degustó peligrosas delicateses mientras nos recordaba y extrañaba. Nos mostró la foto del primer PUB que encontró, uno que le diera buena espina y que exudara ambiente totalmente irlandés; luego la foto del barman sirviéndole la primera cerveza irlandesa... luego la de la décima... la de él y la primera línea del equipo local cuando celebraban la victoria dominguera... seguida de la de las dos derrota consecuentes... las fotos de él sirviendo las cervezas... y finalmente aquellas en donde se veía algo que bien podía ser el techo del local ó una pared interna ó el piso del baño. Llegó sediento un miércoles y se fué enratonado un jueves; no gastó nada en hotel y en verdad muy poco en cerveza. Se vino pleno... había estado un mes en el PUB.

Estas tres situaciones, como bien debe adivinarse, son anécdotas imaginadas; frutos de los mejores momentos que hay... aquellos aristocráticos en verdad, cuando la intimidad es tan extrema que la única convención social aceptada es el pasarla bien, con verdades y mentiras, entre hermanos.

Mucho he luchado para hacerlo público; confío, en verdad lo hago, que al leerlo pueda alguién más disfrutar al menos una milésima parte de lo que lo hemos hecho nosotros al vivirlo.

"Lo imaginado, es lo que nos espera al cruzar la frontera entre lo pensado y lo soñado"

J.Verne