Encontrarme con la noticia de la muerte de Bobby Robson en verdad me movió de inmediato a dejar algo aquí en el blog. Como buen fanático culé, agradecido estoy por los momentos de alegría que supo brindarnos a la distancia; lo que no esperaba encontrar eran tantas notas generadas por su desaparición que girarán sobre la calidad humana del señor.
Exhibiendo una carrera indudablemente envidiable, los éxitos deportivos y laborales palidecen ante sus cualidades personales, según quienes le conocieron. Se atreve a decir Jose Mourinho que "Es una de esas personas que no deberían morir". Esos detalles me resultaron gratos, no lo niego aunque me cueste explicarlo; ya que ni de cerca puedo preciarme de un vínculo más allá de lo sabido a través de medios de comunicación.
Amén de su relevancia profesional, me asombró encontrar evidencias que a alguién se le profesara tanto aprecio... con todo y lo condicionada que podemos asumir sean las palabras públicas en tales horas.
De sus días en el banquillo del Barcelona guardo imágenes suyas de risas y preocupaciones... mantengo una visión mediatizada y muy controlada... lo sé, pero de alguna forma, bajo las circunstancias, válida.
Desde este rincón físico y virtual permítome sumar mis deseos por su buena partida; ignorando mucho de lo que fué su día a día, pero igual agradecido porque de manera muy clara supo impactar positivamente las vidas de muchos.
Muy normal el señor se fué por estar enfermo... con algo de elegancia... con estilo...
La vida que llevo me ha enfrentado a algunas pérdidas importantes... como nos ocurre a todos; de allí que celebro las oportunidades que tengo de estar con quienes enriquecen mis días aprovechándolas, sacándoles el jugo al máximo. Entiendo que la muerte es parte de la vida... y desde hace mucho rato tengo excelentes relaciones con ella (a nivel conceptual y metafísico, me explico... verdad?), sé que es una sorpresa que estará en la vuelta de alguna esquina... por eso río en las rectas. Confío, en verdad lo hago, le rodearan en vida locos similares a mí, que no dejaran pasar el chance... que aprovecharan y disfrutaran el rato que el caballero les hacía posible.
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