Posesión

La idea de la posesión diabólica ha llegado a calar en nuestra cultura colectiva con mucha fuerza. Recordamos al padre Karras enfretando la situación armado con su fé y una ensalada de certezas y dudas. Resulta fácil entenderle porque bajo circunstancias similares así nos debe pasar! Más allá de la base teosófica de nuestra concepción del universo, eso de pelear con un demonio debe ser desconcertante, en el perfecto sentido de la palabra.

Ahora bien... el que la misma idea de la posesión sea algo tan difundido entre las culturas del planeta, me permito creer, es algo que de una manera muy sútil tiende un puente tan amigable para engancharse con la película de 1973.

Las gárgolas en las catedrales europeas buscaban confundir a los demonios, mostrándoles que ya había uno residente, por así decirlo, para que siguieran su camino y no optaran por quedarse allí. En toda la creencia espírita la posesión temporal, bien sea por cohabitación o por ocupación completa de la materia, es la base de la práctica normal de sus sesiones. Los católicos arman sobre el hecho uno de sus habituales dobles discursos; evidenciado en toda la normativa oficial de su iglesia para los exorcismos... y dejemos las cosas sin ir por otros cultos, porque de alguna forma hoy me interesa en particular el riesgo derivado de la separación tan largamente discutida entre cuerpo físico y "eso otro que también somos".

Fuí educado, loados los dioses por ello, para entender que esta vida que disfruto y padezco es finita... los caminos transitados me ofrecieron oportunidades de armar mi propia idea del más allá porque, como ya he comentado, eso nos preocupa a todos. Pero me deja en un estado de relativa indefensión el pensar que este cuerpo que usufructo, como podría decirse con propiedad, me podría ser arrebatado por una fuerza diabólica... por algún ente invasor ó ser poderoso de otra naturaleza. Epa... es de temer!

A las fuerzas oscuras de mi cabeza y corazón me precio de poder controlarlas... contenerlas... y hasta negociarles bien su ámbito de existencia; pero si, como tantos aceptan de hecho, puede venir algo de afuera... estoy frito!

A menos... que me cubra suficientemente las espaldas; mine mi realidad con medidas defensivas de naturaleza tal que sean efectivas; hasta con la adecuada organización de los demonios esos que ya están residentes!

No puedo usar una gárgola, pero sí rodearme por dentro y por fuera de defensas: de salud y robustez mental, física y espiritual... y de gente que me quiera... porque eso me han dicho que sirve!

Necesario me es terminar aquí... me conviene... jejejeje

Aunque quede bastante desde mi óptica la cosa; pero es que, para bien y para mal, esa era hoy la idea.