De aquellos años perdidos de la vejez de mi niñez... jejejejeje, atesoro dos discos de George Benson: In Your Eyes y 20/20 (hoy escucho las versiones de CD, aunque los acetatos sigan acumulando años en mi guarida de la 14); ciertamente los más "POP" de su prolífica carrera musical... pero que significaron esa primera aproximación a su genialidad. Al refinar los gustos, a todos nos pasa, continué acercándome a su música, descubriendo su Jazz, su Hard Bop y sus trabajos con el formato de Big Band.
Soy un tipo de pocos conciertos... rara luce la ocasión de tener en estas tierras a quienes justificarían las maromas logísticas y económicas que tendría que hacer para una aventura de ese calibre a estas alturas del campeonato. Pero debo reconocer que ir a verle era uno de los sueños que me acompañaron cuando me mudé a Caracas en 1996 y los dioses me obsequiaron la oportunidad casi un año después de llegar a la Sucursal del Cielo.
Escuchar el Benson es acercarse, aunque sea por una rendija, al disfrute de un maestro, de un músico en toda la dimensión de la palabra.
Desde su más temprana infancia sobre el escenario... deslumbrando en varios géneros, porque para él sólo es música! Obsequiando al mundo con tanta cosa buena, valiosa... exquisita!
Desde icónicas canciones como This Masquerade, Give Me The Night, Inside Love, Lady Love Me One More Time y The Greatest Love of All, de la película de los 70 sobre Alí; versiones como Beyond the Sea, dúos con Aretha Franklin y los proyectos junto a Al Jarreau (nada menos!) ha cautivado y seguirá cautivando en tiempos por venir. Un artista de bajo perfil, pudiera pensarse, quien se ocupa de hacer lo que muchos sólo podemos soñar.
En estos días de tanto TOP FIVE... irrenunciable es citarle.
No ha vuelto, que yo sepa, a presentarse en Venezuela... pero de tanto en tanto, armado de cd's en mi carro, me escapo en sus tonadas y logro, maravilla de estos tiempos, volver a verle con su guitarra acústica cerrando la noche con On Broadway ante la fascinación de todos los presentes en aquella oportunidad mágica del Teresa Carreño.
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